domingo, marzo 31

Nada

No puedo pedirte que me creas, menos que me quieras.

jueves, marzo 28

Paz, Dios

"Mi mente no puede ver la situación más grande, el gran designio. Simplemente, confío en que todas las cosas suceden por alguna razón, y aprenderé y creceré a partir de lo que la vida me presente. Por consiguiente, aún cuando un determinado hecho no se desarrolle de acuerdo con mis expectativas, todo está ocurriendo a la perfección" (Jeffers, S.)

Me hace sentir mejor, y sé que es así.

domingo, marzo 17

Complejidad

mi colon sufre..

viernes, marzo 1

Claves


La felicidad es algo que se construye día a día y que requiere mucha disciplina. No es algo que aparezca de forma mágica ni de manera definitiva. Todo el tiempo tenemos que trabajar en ella si la queremos disfrutar. 
¿Por qué hay unas personas con mayor capacidad para ser felices que otras? ¿Es acaso que la gente feliz es más inteligente que la infeliz? ¿O por el contrario, son tan tontos que no alcanzan a darse cuenta de lo terrible que es la vida y por eso están tan contentos?.
Matthews llega a una conclusión bastante razonable: las personas que sueñan todo el tiempo con el futuro, son las que, cuando el futuro llega, se sienten más frustradas de que las cosas no sean tan maravillosas como las habían soñado. Nos enseñan con demasiada frecuencia que hay fórmulas para la felicidad y que las cosas se alcanzan con tan sólo con desearlas, como si ya las mereciéramos por ser “buenos”, “inteligentes”, “atractivos” o “muy trabajadores”.  Pero, la realidad, es que la vida es mucho más difícil de lo que solemos ver.
Pero entonces, ¿qué necesitamos hacer para enfrentarnos a una vida dura sin estar condenados a la infelicidad? ¿Se puede llegar a ser feliz aceptando que hay problemas y que es necesario luchar para sobrevir? Sería muy triste pensar que no es posible, sin embargo, es necesario que nos comprometamos con nosotros mismos a construir el camino para llegar a ello.
Construir una Filosofía de Vida
Existe la Filosofía como ciencia humana y existe la filosofía de cada persona. Una filosofía personal nos ayuda a saber qué queremos pensar, creer y hacer respecto a la propia vida, el amor, el dinero, el trabajo, los amigos, el éxito, la felicidad o el trabajo entre muchas otros aspectos de la existencia. La filosofía personal nos ayuda a explicarnos las cosas de la vida.
Por ejemplo: “La vida es una basura, no vale la pena luchar, al final, todos terminamos en el hoyo”.
O por el contrario: “Todo lo que pasa es para bien; se puede aprender de cada cosa que vivamos, sea agradable o dolorosa”.
Ambas oraciones reflejan una manera de ser, de pensar, de mirar el mundo, cada una de ellas pertenece a una distinta filosofía personal de la vida. La filosofía personal son los lentes a través de los cuales vemos las experiencias de la vida y las matizamos de muy diferentes colores. 
Así, podemos llegar a la primera conclusión: Las personas felices no son, necesariamente, las más bonitas, ni las más inteligentes, no son las más exitosas ni las más ricas, no son las más populares ni las más famosas, las personas felices son las que tienen: UNA BUENA FILOSOFÍA DE VIDA, es decir, unos anteojos que les permiten ver, de manera inteligente, la mejor forma de ver las cosas, ¿y cuál es esa forma? La que nos haga sentir mejor, más alegres, más plenos, más satisfechos y, por lo tanto, más felices. Pero, te estarás preguntando, ¿esto es suficiente para sobrevivir ante los problemas y dificultades de la vida?
Cómo sobrevivir a las dificultades de la vida
Cuando las cosas se ponen difíciles, ¿qué es mejor? ¿pensar en el futuro para estar prevenidos y saber de antemano lo que debemos hacer? O, por el contrario, sólo pensar en lo que es necesario hacer en el momento presente?.
No son pocas las filosofías del mundo y la propia Gestalt las que piensan que adelantarse a los acontecimientos tratando de prever dificultades es, en muchas ocasiones, un esfuerzo innecesario y estéril que no nos ayudará de mucho, pues no conocemos, en realidad, cómo serán las cosas el día de mañana. Lo que recomiendan estas formas de pensamiento es que nos enfoquemos en el presente y ahí pongamos nuestra energía y nuestra atención, no en el mañana, ni en el próximo mes ni en los próximos diez o veinte años. Algo similar a escalar una montaña empinada y tu vida dependiera del siguiente movimiento. Cada paso te permite entonces, ir ganando mayor confianza para dar el siguiente.
Si lo que quieres es complicar más la situación, no poner atención a lo que estás haciendo en el presente y empezar a preocuparse por lo que podría ocurrir en el futuro, ¡cuando todavía no tienes idea de lo que necesitas hacer en el instante presente!
La gente produce mucha infelicidad justamente porque está siempre generando fantasías catastróficas en relación al futuro, es decir,  pensando lo peor que le podría suceder. Imaginan, casi siempre, que las cosas van a ser cada vez más difíciles a medida que pasa el tiempo y no se detienen a decidir lo que quieren hacer en el único momento real, en el aquí y el ahora. Por tanto, y respondiendo al a pregunta que hice al principio de este apartado, lo mejor es: Enfocarse en cada paso a la vez, en el momento presente, en el aquí y ahora olvidándose del futuro.
¿La felicidad tiene que ver con la edad?
¿Quién crees que sea más feliz? ¿un niño, un adolescente o una persona adulta o de edad avanzada? Hay investigadores que no se han querido quedar con esa duda y han realizado investigaciones con personas de todas las edades llegando a la conclusión de que la felicidad no tiene nada que ver con la edad. Puede haber un niño de 10 o un adolescente de 18 feliz y otro de la misma edad que se sienta desdichado; lo mismo ocurre con las personas que están en la década de los 20, 30, 50 u 80. En todas encontramos ambas posibilidades, gente se siente feliz y otros que se sienten infelices sin importar su edad. ¿Qué es lo que realmente marca entonces la diferencia? Los investigadores aseguran que, lo más importante después de todo, es la actitud. Así es que, deja de preocuparte, si realmente quieres ser del grupo de las personas que se sienten felices, en lo que tienes que trabajar independientemente de la edad que tengas, es tu actitud ante la vida.
Pero, tal vez no sea sólo la edad lo que te preocupa, sino muchas otras cosas de tu existencia, ¿no es así? Entonces, pasemos al siguiente aspecto que marca la diferencia entre ser feliz o infeliz: las preocupaciones.
Deja ya de preocuparte
No hay una sola persona en el mundo que no se preocupe. Nos preocupa el dinero, el trabajo, la salud, la familia, la seguridad, los peligros y los riesgos, nos preocupa la soledad y nos preocupan nuestros problemas emocionales. El problema es que, a mayor preocupación, menor felicidad.
Cuando empieces a preocuparte piensa: ¿esto que me está preocupando es de vital importancia? ¿me puede aniquilar si no lo resuelvo?, si la respuesta es no, entonces, puedes dejar de preocuparte. Vas a descubrir qué difícil es que encuentres algo que realmente ponga en riesgo tu vida.
El conflicto, los riesgos y los problemas son parte de nuestra vida cotidiana, sin embargo, no son razón para vivir todo el tiempo presos del miedo, la ansiedad y la angustia. La vida es demasiado corta para eso y, en realidad, ¿vale la pena sacrificarla con nuestras preocupaciones y perdernos la oportunidad de ser felices?
Quiero dejar de preocuparme, pero no sé cómo
Es natural que surja esta duda. No sólo es la intención de dejar un mal hábito, tenemos que encontrar pistas de cómo lograrlo ¿no es así? Es lo justo. 
1.  Pregúntate si aquello que te preocupa está poniendo en riesgo tu integridad de alguna manera. Si la respuesta es sí, hay que atenderlo de inmediato, si la respuesta es no, por lo menos, ya lo podrás relativizar el problema y  darle una dimensión más justa, lo que puede hacerlo mucho más manejable. ¿Qué sigue después de esto?
2. Ve un paso a la vez. No tratas de resolverlo todo al mismo tiempo. Tienes que ir punto por punto si no quieres sentirte abrumado y generarte auto boicot sintiéndote, además,  frustrado o derrotado. No te adelantes a tratar de resolver los pasos siguientes hasta que no hayas dado los anteriores.
3. No te hagas a la idea de que resolver un problema ahora, evitará que lo vuelvas a vivir en el futuro. Después de todo, nada es para siempre. Sólo enfócate en solucionarlo hoy y no pienses en las siguientes ocasiones en las que te podrá volver a ocurrir. Ya verás, cuando eso suceda, lo que toque hacer en esa ocasión. Resuelve el asunto de haber perdido hoy tu empleo o a tu pareja y no te pongas a pensar en si esto te va a volver a suceder. Ojalá que no, pero nadie te lo puede asegurar, entonces, ¿para qué te preocupas?
4. No permitas que la mente te arrastre al futuro. Es muy probable que empieces a crear historias en tu cabeza sobre lo que puede pasar y eso no te ayudará en nada. Lo que estás imaginando no es real ni está sucediendo aún y es muy probable que ni siquiera ocurra. Pocas veces acertamos en relación a lo que puede ocurrir en una situación que no ha sucedido y es muy diferente a lo que imaginamos.  Si esto es así, ¿entonces para qué desperdiciar tu energía en algo que ni si quiera tienes la seguridad de que va a pasar?
5. No postergues los asuntos pendientes. La otra cara de la moneda es que, muchas veces, por evitar la ansiedad del momento presente, postergamos algo que sabemos que tenemos que resolver. La postergación puede, efectivamente, evitar la ansiedad del instante presente, pero, a largo plazo, mientras más postergues esa llamada, ese encuentro, correr ese riesgo o enfrentar esa situación, la ansiedad irá creciendo hasta volverse una verdadero infierno, por tanto, no le des vueltas, si ese problema ha estado más de dos semanas en tu lista o en tu agenda, es hora de que tomes las riendas o “al toro por los cuernos” y empieces a darle tu atención enfocándote, como hemos dicho en el presente y haciéndolo paso a paso.
6. Echa una mirada a tu pasado, si te cuesta trabajo dejar de preocuparte por el futuro, y date cuenta de cuantas veces has sobrevivido a las calamidades del pasado, es decir, ¡a todas! Y es verdad, si no fuera así, no estarías leyendo esto, estarías muerto. Si hasta ahora has sido capaz de enfrentar todas las situaciones conflictivas de tu vida, grandes o pequeñas, ¿por qué tendrías que dudar de que vas a poder enfrentar lo que venga en el futuro? Después de todo, las experiencias del pasado también te han dejado muchos aprendizajes y tienes más herramientas que antes. Ahora eres más fuerte y capaz, lo lógico sería que tuvieras menos miedo ¿no lo crees?
Recuerda esto si de verdad quieres alcanzar la felicidad: es mucho más fácil (y realista) controlar el presente que el futuro. Cuando te enfrentes a cualquier problema, piensa en el presente, haz todo lo que puedas hacer ahora, olvídate del futuro y libérate de las inquietudes por lo que podría pasar. Si te aferras a imaginar los riesgos, te quedarás paralizado por el miedo o las preocupaciones y eso, en vez de ayudarte, te restará energía y posibilidades de hacer lo único que puedes hacer en realidad: ocuparte de resolver lo que puedes en el aquí y el ahora.

24

Todos los años espero que mi cumpleaños sea lo que imagino: lleno de sorpresas, gente, torta, regalos, risas, "te quieros", abrazos.. pura felicidad. Mis cumpleaños reales, distan mucho de eso. 
Ayer cumplí 24, sin torta, sin globos, sin regalos, una tarjeta y un par de llamadas telefónicas hechas a la rápida. Me estoy quejando.. sí, siempre lo hago, pero debo agradecer a quien me regaló un día de su verano y lo pasó a mi lado, repitiéndome una y otra vez lo linda que cree que soy, y cuánto me quiere. De verdad lo valoro mucho amor.
No fue lo que esperaba, pero fue no más, un año más. La verdad es que me estoy acostumbrando a no disfrutar el que creo es el único día del año en que te ganas la atención de quienes te rodean, y gastan unos minutos de su valioso tiempo en ti, pero supongo que estamos en proceso. Algún día la canción, el "cumpleaños feliz" me hará más sentido.